esas tiendas parecen relojerías
con su vaivén de mercancías
con sus muchachas bostezando mientras cuentan
los segundos para escapar
en las vidrieras se ofrece algo fingido y
festejante que te anima a entrar
y el danzante atropello no es sino dar por
algo
tratar con otro por algo
y en ese momento entender
unos suben y bajan
y nadie da razón
se excluyen miradas
entran y salen cajas maravillosas
y el latido del almuerzo exorbitándolo todo
esas no son tiendas
son relojerías
Ximena Benítez
A Alejandra Segovia
A Alejandra Segovia