domingo, 1 de marzo de 2015

Perchero





Nada me complace menos que acomodar una pila de ropa en el closet, tarea que debo hacer por lo menos una vez por semana. Por gracia o desgracia, descubrí la utilidad del perchero, que permite colgar toda la ropa que te quitas o no quieres ponerte ese día y te has probado y te evita el trabajo de volver a colgarla en su gancho. 

El perchero se vuelve entonces como un emparrado horizontal del que cuelgan colores de todo tipo y casi nunca coinciden en un mismo lugar. El fin de semana debo entonces volver a su sitio cada prenda de vestir y el perchero queda entonces peladito como recién podado, sólo se ven carteras en él, se ve muy sólo, hasta triste, pero poco a poco se va llenando sin que nadie lo advierta, cómplice de amantes y penumbras.



Ximena Benítez, 2001.