Portada de Íntima obediencia de Ximena Benítez. La imagen de la portada es de la plástico Ángela Scavo.
Editorial Giraluna, Caracas, 2020.
Al que me diga “poeta”
le caeré a muelazo
sobresaltado y crónico
con la razón sobre las nubes inmolares
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La Obra Imaginaria
La
obra puede que parezca que desaparece cuando es reconocida, o cuando se logra
hablar de ella, ya con distancia.
La
obra siempre ha estado en ti, se ha alimentado de cada una de tus vivencias, de
tus hallazgos, de tus fracasos, ha ido medrando secretamente. A veces revela
alguna de sus partes, se le intuye, pero aún no puede llamársele obra. Así
mientras intentas hacerla nacer, sin saber que es ya demasiado grande y está a
punto de romper tu piel para salir-, es avizorada por los maestros que tienen
la experiencia suficiente para advertir su llegada, no sin estremecimiento.
Cuando
aparece la obra es desbordante en imágenes y deja boquiabierto a quien la
contempla, no se articulan palabras en el sentido usual, no existen palabras
para nombrarla, hay que crear un lenguaje que intente dibujar su silueta, pero
que jamás va a poder fotografiar fielmente la experiencia que sido el verla.
Porque la obra es demasiado rápida en su lentitud, implacablemente lenta en su
brusquedad, tiene todo de ti sin ser tú, todos están en esencia (sin estar), no
pertenece a nadie y es de cada uno, no hay como medirla, pesarla, clasificarla
o destruirla, a lo sumo se intenta, infructuosamente.
La obra jamás desaparece cuando con distancia
se recuerda, o se habla de ella. Luego de verla sabes que siempre estuvo dentro
de ti, que está que jamás te dejará, que continúa medrando.
a Zacarías García
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Poesía que sales de la manga
ciegamente saliendo
sartén que guerrea
aplaude tortillas para cantar
trajes que encierran el giro cristalino del
aceite
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Crecerá la poesía
inevitablemente
en este tiempo y lugar
se esponjará la hora de desencanto y traición
a plena luz del día
a plena luz
Será de lluvia
fogonazo tropiezo
despiadada mortandad
saldrá de si
de si ahogada desojada
saldrá de fuego
Confiar en el instante
en el asombrado gozo
de la sombra
confiar en uno solamente
en uno
porque se rasga lo profundo
lo sucedáneo
y aún persiste lo frágil
va creciendo
va soltándose de sí
creciendo
como latido
de caída
como un abandonarse
al abismo
como el misterio
como la flor encendida
de los sueños
en millones de pies
de manos-latidos
de canto proferido
en grillos y montañas
Pasará
fuego encendido
fecundo en
su fuego
denotado alarido
crecerá
aún en el abismo
la poesía
crecerá
a Lenin Márquez
***
Un tiempo de prisa
me despide raudo
los objetos olvidados
las esquinas desechas
las equivocaciones
pesco los fragmentos atravesados y mohosos de
lo dormido
alejado
descosido
porque todo eso me compone
en la espera
de este recuento
Las elucubraciones y posibilidades
los recovecos de lo que pudo y no fue
y lo que está aunque no se quiera
vive/crece silencioso
porque hay algo más grande
creciendo
que me obliga a seguir
a procurarme cuido
procurarme pues
¿lo escrito acaso no nos condena (nos)
configura?
persigo una dormida ilusión
aun
en guerra
como si al mirar en mi vida como pozo
en mis pies habitara desde siempre
como las voces
que me sostienen
como la imperceptible respiración
todo está pasando
y se descubre en los otros
como si fuese así
como si mi encierro
agitara la rabia y el destrozado asombro
que me sobreviven
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Del poemario Íntima obediencia, Ximena Benítez. Editorial Giraluna, Caracas, 2020 https://www.amazon.com.au/%C3%8Dntima-obediencia-Spanish-Ximena-Ben%C3%ADtez-ebook/dp/B08F9MFQ9J