Guacamayas
la
poesía es un círculo que como círculo es finito y como finito sin fin
extraño
corredor lleno de voces que te alumbran
lleno
de padres abuelos hermanos hijos
las
cosas parecen nombrarte con sus ojos
las
nubes no son nubes sino corderos de caracoles
la
savia goteante de la mandarina es hielo de elefante
inmensa
ojera que me guiña el futuro
pústula
cariñosa vértigo de lo clandestino vuelto luz
los
años que buscaron el verbo acabaron
encontrando el no verbo
la
marea de puñetazos que embellecen
el
zancudito fetal
que
demuestra la risa siempre revelatoria de lo que nunca ha nacido
así
los otros griten ¡puja! ¡bienvenido!
la
poesía quiere comerse a sí misma
palidece
se
arrellana
la
poesía es una mujer que nos presta el destino
caprichosa
suntuosa
elevadamente brutal
nunca sabemos del orgasmo
la
mujer robada se pone terca
nos
ata las manos
intenta
desoldarnos
nos
cauteriza
nos
desolda
hace
de nuestro pulso
su
erizo
nos coge
burlonamente
y huye en medio
del gemido incompleto
en mitad de la crepitación
a media
sombra cristaliza su cauce
se hace venerable
“ Señora”
nos patea
nunca
nos ha visto
¿quién es usted?
¡excuse no lo recuerdo!
sefiní
congratulations
a Juan
Gelman
(Ximena Benitez, Temporales en Estramuros, Fondo Editorial IPASME, 2006)