Mapa estelar
Este blog tenía varios meses en silencio, un silencio por repercusiones interiores, de sismos y hondas simas. Los motivos no se deben a superficiales ni pasajeras tristezas, pero acá vamos remontando el empedrado retorno tras las dudas, afirmaciones y razones.
La patria, el amor, la dignidad y el deseo de que todo sea para lo justo. Y la necesidad de vivir, revivir, reconstruirnos.
Publicaré entonces hoy este poema de Juan Gelman, que salvando las distancias geográficas y todo lo acaecido en su biografía y en la Argentina que le tocó vivir, nos retrata de alguna forma a muchos venezolanos en este momento.
Saludos a nuestros lectores.
Caracas, diciembre de 2017
XXVI
En realidad lo que me duele es la derrota.
Los exiliados son inquilinos de la soledad. Pueden corregir su memoria, traicionar,
descreer, conciliar, morir, triunfar. En este último caso, se miraron la cara
como si fuese suya: estaba llena de traidores, descreídos, conciliadores, muertos,
y también de compañeros que murieron con fe y arden bajo la noche
y repiten sus nombres y no dejan dormir.
Nadie te deja dormir para que veas las distancias.
Crujís de huesos, vos.
Así sea.
Los exiliados son inquilinos de la soledad. Pueden corregir su memoria, traicionar,
descreer, conciliar, morir, triunfar. En este último caso, se miraron la cara
como si fuese suya: estaba llena de traidores, descreídos, conciliadores, muertos,
y también de compañeros que murieron con fe y arden bajo la noche
y repiten sus nombres y no dejan dormir.
Nadie te deja dormir para que veas las distancias.
Crujís de huesos, vos.
Así sea.
Juan Gelman
roma / 9-12-80